La fortaleza en la incertidumbre

Tan frágil y tan fuerte, tan sin certezas... un hombre hecho de posibilidades, y no de probabilidades calculadas, hecho de fuego... hecho por sí mismo, para sí mismo. No todos nacen de esa manera, no todos alguna vez en la vida viven su vida. Pero hay quienes sí, e iluminan todo a su alrededor... Si lo único garantizado es la muerte, celebramos esta apuesta a la vida: este andar sin mapa y sin garantía, está apuesta a abrirse la puerta uno mismo, y dejarse salir, dejarse pasar... Se trata de las posibilidades a las que apostamos cada día; frente a las que temblamos, y a las que amamos profundamente. La apuesta a uno mismo, el duelo de lo entregado, y el nacimiento de ese saber, que hace que las propias manos trabajen para sí, sin Dios, sin mapa, sin garantía, sin aval de otros. Por sí, y para sí. Porque lo que está en juego es un hombre, es su vida. Somos nosotros mismos.