Fluir
Fluir. Tan sencillo como eso.
Respirar profundo, y habitar el lado claro de la luna.
El lado claro de la vida, ese en donde el que se abraza es
uno mismo. Porque no hay belleza posible sin ese abrazo propio. Ese abrazo, esa
buena charla con uno mismo, es lo que da espacio a cualquier belleza, porque es
la que le presta corazón. No hay afuera que se pueda disfrutar si uno adentro
no le da cabida, y para darle cabida hay que llevarse bien con uno mismo, no
cobrarle peaje a la belleza, disfrutar del viaje. Ese viaje es la meta, cada
instante es el fin en sí mismo. Por eso
hoy fluyo.
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