Encantada

Hay una magia que no se nos desprende,

es la vida que insiste.

Temblamos frente a la belleza que  nos ofrece.

¿Qué hacemos con la magia de la vida?

Un tacto, un placer: las aperturas deslumbran.

A veces uno pierde el tiempo,

demasiada soberbia

para un humano finito.

Lo más difícil no es aceptar que la vida puede ser triste,

lo más difícil es aceptar que puede ser bella:

Entonces, todas las religiones,  todos los tratados, todas las convenciones

caen a pedazos frente esa  magnificencia.

Encontrar el amor y quedarnos allí

eso es todo lo que necesitamos.

Las mejores apuestas son a las pasiones alegres.