Hasta uno

Hace falta un tiempo para llegar hasta uno. Hace falta un silencio.
No uno que consista en callar, sino uno en el que nos podamos sumergir en nosotros mismos,
y sencillamente contemplar los amores y las miserias internas.
Nadie llega hasta sí por casualidad, hace falta alguna verdad de por medio. Y algún mar también.

Hace falta saber de esa falta; y jugarse nuevamente las coordenadas.

Uno siempre es uno, me dirá usted. Pero uno no siempre es honesto.
Uno no se siempre se mira al espejo y se anima a hacer otras preguntas diferentes a "¿Quién es el más lindo?".

Hay posibilidades de convertir en barro en belleza, pero es necesario caminarse y caminarse...

Hacerse amigo del enemigo, hacer un pacto de convivencia con uno mismo... Quizás no conste más que en escucharse, pero es un muy buen principio.