Hablan solos...

Hablan solos. A veces se los ve a un costado del sol o frente 

a los árboles o encima de la luna y con todos los perros. 

Hablan solos, pero dicen algo, algo a alguien: a la propia 

infancia, a sus padres también huérfanos, a un fragmento 

aún lúcido de ellos mismos. Hablan solos porque necesitan

 decir lo mismo, sin importar que otros –incapaces de hablar

 solos- ya no quieran escucharlos. Hablan solos para 

sostener los párpados de quienes ya se han muerto. Para

 que el frío pueda ser rebatido con sus palabras. Para que el 

amor no los vuelva a dejar en el umbral aciago de la 

penumbra. Hablan solos porque una conversación trunca 

los persigue y acaricia desde siempre.

Carlos Skliar