Inseguridad



 Antes de hablar de seguridad y tomarnos la atribución de creernos dueños de dar muerte a otras personas,  deberíamos considerar que tipo de sociedad estamos ofreciendo. Antes de hablar de muerte hay otro tipo de deuda pendiente: hablar de las vidas posibles. Mostrar la posibilidad de que conozcan otro tipo de vida, para que puedan aprender otros recursos, respetarles su vida para que aprendan que la vida vale, por ejemplo.
Antes de decir que todo está perdido con otros (en un sentido social), podríamos considerar que no todo está perdido con nosotros, y que aun podemos (debemos) ofrecer otro tipo de alternativas, porque tenemos los recursos (algunos simbólicos, algunos culturales, algunos económicos, algunos sociales…) para hacerlo.
Quizás no renunciar a considerar el enorme valor de la vida, humana (cosa que hacemos al tomarnos la atribución de considerar quienes deberían vivir y a quienes habría que aplicarles algún tipo de mano dura) porque si lo hacemos, entonces somos nosotros los equivocados. Y nos equivocamos aun teniendo recursos para no hacerlo. Combatir algo ofreciendo lo mismo que no se quiere no es buena salida, alguna vez consideremos crear otro tipo de salidas que se alejen de la respuesta en reflejo.
No se trata de gente buena o mala, sino de personas con mucho sufrimiento, y que lidian de mejor o peor manera con el. Si la vida es compleja para nosotros, que tenemos ciertas necesidades resueltas, imagínense como puede ser para otros, que tienen también sus problemas personales pero con un plus histórico: el de existir sabiendo que son rechazados, la excluidos, la Invisibilizados...

Que la inseguridad no seamos nosotros mismos, porque un montón de gente clamando muerte y castigo es una imagen clara de ello. La mayor inseguridad: los cercanos al poder de Estado, y esa es la trinchera mas peligrosa, porque el Estado es el garante último de los derechos, y si el Estado no solo no garantiza sino que condena, entonces estamos en serios problemas, y el problema ahí somos clara y exclusivamente nosotros: las clases medias y altas. Si un Estado es el que persigue entonces ya a ellos no les quede mucho mas. Pero para que eso pase, mucho antes debió no quedarnos nada a nosotros, ni siquiera la posibilidad de hacer otra cosa, aun pudiendo. Que no nos pase eso: busquemos abrir las mejores posibilidades de la vida, amiguémonos con el misterio que siempre resulta ser el otro, y confiemos en nosotros mismos y en nuestra capacidad de amar la vida y en nuestro coraje e inteligencia para cuestionar y crear mejores salidas.

Sé claramente que el problema es mucho más complejo de desentrañar, que hay odios y miedos para trabajar, pero desde aquí esto es todo lo que puedo decir. Afuera siempre está la posibilidad, el desafío, la necesidad y el deseo de profundizar esta propuesta, y así se produce.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Mire Ud....yo agarré para otro lau
http://elsudacarenegau.wordpress.com/2013/01/11/inseguridad/
Alexandra ha dicho que…
Muy bueno!! me encantò la perspectiva

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