Anotaciones al margen

Uno convive, con lo mejor y lo peor del otro y, fundamentalmente, con lo mejor y peor de uno mismo.

Una casa nueva, con una compañía que practica una forma sutil, pero fuerte, del abrazo.

Mi música, el olor a sándalo y el tecito de durazno, el sol en el patio, las plantitas afectándose por el invierno, que quizás esperen tanto como yo sus flores en primavera.

Hoy una compañera en el trabajo me dijo que lo mejor es celebrar, celebrar todo, encontrar y generar motivos para festejar. Ella vive así, lo sé. La supe cercana, me vi queriendola mucho. Una belleza de persona.

Un café a la salida con mi mamá, su amor eterno. 

Y el resto del día que me queda... mucha, mucha paz, calma...

Me lo escribo, para recordarmelo, porque a veces me olvido, y necesito contarme, en medio del caos, que hay mucha belleza también. Yo lo sé, lo siento... pero a  veces lo olvido. Ahora está escrito.


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