Severyn

Estoy leyendo un fragmento de un libro que entra en la biblio para el final de una materia.  Ya desde el título dije: que  boludez. A medida que avanzo, lo compruebo: el autor toma una postura teóricamente superadora de otras corrientes sociológicas, pero no esta haciendo mas que repetir ciertos errores que critica y eludir debates importantes dicendo “al observador participante esto no le importa”.
Para no ser tann dura, dije “bueno, voy a buscar algo en Internet, por ahí no es tan boludo, tal vez me este equivocando”.
Lo googleo, y lo primero que encuentro es esta frase:
“Como efecto de los mayores riesgos terroristas o similares, el sociólogo Severyn Brun escribe en The Futurist que los ciudadanos se verán compelidos a adiestrarse incluso en artes marciales y en estrategias que les permitan defenderse o cooperar más competentemente con las autoridades policiales.”

Artes marciales para combatir al terrorismo (Nos convertimos en vengadores anónimos, y al primero que le veamos cara de terrorista, le pegamos).


Efectivamente, no me equivoque...

Comentarios

gus ha dicho que…
Este tipo es igual a Andrés Oppenheimer: un lacayo de EEUU.
Históricamente, a principios del siglo XX se formó una idea similar de civilidad. El ciudadano era un habitante-soldado, siemrpe listo a actuar en defensa de país. De esa idea típicamente imperialista surgen los boy-scouts ingleses (y los batallones escolares argentinos), los balilla italianos de los 30 y el conductismo yanqui.
En Argentina no pegó demasiado eso, porque eramos un rejunte de latinos y eslavos poco imperialistas, más bien campesinos pobres.
Hay una película de esas yanquis, una comedieta, que se llama "Burbs" (suburbios); es con Tom Hanks. Es espantosa, pero es interesante leerla discursivamente.
Ahí, unos vecinos sospechan de un tipo, extranjero, al que creen un asesino serial, un sujeto macabro onda Familia Adams.
Todo les sale mal, incluso le revientan la casa, para pescarlo in fraganti.
Pero termina bien: era un asesino.
Si se ve de una manera "no inocente", el rol de esos buenos vecinos era controlar a los extraños, y luego reprimirlos. Al sobrevenir el desastre, la acción y la responsabilidad es individual, y como pasa con las hormigas, mueren los individuos pero se salva el hormiguero. Los buenos vecinos pierden la casa, pero el Estado (la policía) se lleva al criminal.
La cosa no es acabar con el terrorismo, sino generar una idea proactiva sobre él.
No se puede ni se quiere acabar con el terrorismo porque es buen negocio, por eso se trata de ganar las elecciones proponiendo su derrota.
Del artículo, es interesante la fórmula "mayores riesgos terroristas o similares".
Desde el punto de vista de "Burbs" yo puedo ser ese riesgo.

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